domingo, 15 de febrero de 2015

Hagamos nuestro propio jardín vertical

En la era de la recuperación ambiental, los jardines verticales no son un pasatiempo, sino una necesidad. Son sencillos de crear, aunque no lo parezca, sólo requiere de unos pocos cuidados y la intención.

Los jardines verticales, mejor no dejarlos al azar, hay que tener en cuenta sus aspectos negativos.

Aunque la mayoría confía en que la naturaleza hará su trabajo sin demasiado requerimiento de nuestra parte, en la realidad la naturaleza no elige a quién beneficia y los jardines verticales que no se cuidan comienzan a provocar problemas colaterales, como por ejemplo insectos indeseados.

Se pueden instalar en cualquier tipo de muro, los más porosos, los que tengan capacidad de retener humedad, son los mejores, es por ello que en los muros de ladrillo, se adaptan mejor.

Tampoco es necesario el suelo. Es usual comenzar a enredar el muro con la planta en el suelo, pero ello no es realmente necesario si se provee a la planta con la humedad necesaria.

Las variedades que se pueden sembrar, dependen mucho del clima; las plantas más dóciles para este trabajo, son las que soportan bien los climas tropicales, ya que en las paredes estarán sometidas a exceso de sol, por lo que tendrán una temperatura variable entre la exposición y la sombra.

También hay frutas y verduras que pueden adaptarse al formato de crecer en muros.

Los climas de interiores, tienen que ver con la adaptación de los habitantes del espacio, entre 20 a 22 grados se considera el clima adecuado. Los jardines verticales tienen que tener especies de plantas que se adapten a las grandes variaciones de temperatura.

Algunas de estas especies son los Pholodendron o las Epipremnum, Begonias y especies de helechos como el Pteris o Nephrolepis.

Lo ideal es instalar una estructura metálica sobre la que se intentará sembrar, pegado a la pared, a pocos centímetros, dejando unos milímetros que permita la circulación del aire. Si la pared recibe demasiado sol, ese espacio puede disminuir, para que las plantas estén más cerca de la humedad posible.

Cada pared, puede representar un reto para la creatividad, se puede combinar plantas, y redirigirlas con paciencia para crear ornamentos, formas, colores, el éxito del proyecto depende de la paciencia y de tener en cuenta que el muro debe esta húmero y en lo posible combinar el agua con sustrato rico en materiales orgánicos, esto último fácil de adquirir en cualquier negocio que venden plantas.

Los beneficios de estas paredes, son variados, desde el saneamiento del entorno, pues retendrá polvo y contaminantes, hasta control del ruido, las paredes verticales son una gran solución ya que absorben el 20 porciento del ruido del entorno, reflectándolo dentro de su espesura, y disminuye el 50 porciento rebotándolo, lo que es un alivio para las ciudades populosas.

Los jardines verticales, como los techos verdes, vienen siendo una de las soluciones más interesantes, a la mano, con resultados inmediatos que tenemos, hay que aprovechas que son fáciles de armar, con voluntad y creatividad, pondremos nuestro granito de arena.


Autor:Estilo

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