lunes, 23 de febrero de 2015

Cuestionamientos sobre políticas de Apple con iBook

Cinco editoriales, además de Apple, fueron acusadas de manipulación de los precios de libros digitales para contrarrestar la supremacía de Amazon, incurriendo con prácticas poco éticas, además de delitos de monopolio.

Algunas editoriales se declararon culpables para evitar el largo proceso, estimando que el costo de las multas sería inferior al tiempo en que se solucionaría por la vía judicial.

Apple, insiste en apelaciones, aunque el costo en malestar con esa empresa es imponderable. Con la cultura no, dicen algunos.

Toda empresa que tiene un competidor, establece una estrategia de diferenciación, Apple, implementó sus aplicaciones para el mercado de lectores de libros electrónicos, permitiendo una serie de acciones con la aplicación que permite intervenir en la obra, se puede editar, maquetar, alterar el formato, colores; jugar con la forma de lectura del texto es una propuesta en la que los verdaderos lectores indicaban como inútil, ellos no perderían el tiempo en el contenedor cuando les importa el contenido.

La aplicación permite, crear libros electrónicos, y está disponible para el sistema operativo Apple.

Aún cuando no parece que fuera aceptado por el mercado, en realidad, la combinación de funciones es una fuerte competencia, permite la autoedición y el gremio editorial ha puesto el grito en el cielo. Las funciones están muy cerca de lo que siempre se ha querido combatir, la modificación de contenidos e incluso la copia.

La excusa de Apple es que serviría para investigadores, docentes o profesionales de la educación, supuestamente con la intención de facilitar la generación de materiales didácticos, la acción encubierta es que todo el producto generado sólo se puede tener acceso desde un iPad o Mac, lo que implica tener atrapado el material del usuario, y en ese sentido también habría que analizar si no es una forma de apropiación de contenidos.

Los libros creados con esta peculiaridad, pueden venderse, pero también, sólo en las tiendas con software y licencia Apple.

Lo que se dice un negocito redondo envuelto el papel brillante, en el que los contenidos, lo más valioso, son de los usuarios.

Es una lástima que sólo lo editores que han percibido la maniobra son capaces de comprender que en realidad, el asunto, le cierra las puertas a los contenidos así generados a otros canales de venta, porque para los autores, los editores no protegen la propiedad intelectual de ellos, sino el negocio propio que se les podría estar acabando, si cualquiera tiene acceso a la publicación de su material y a un canal de venta tan importante como el de un gigante como Apple.

Lo que Apple hace es regalar el software para crear un libro, luego, no te informa qué alcance tiene ese proceso, pues no te informará cuántos lectores usan sus dispositivos.

Una situación parecida ya pasó con el Kindle de Amazon, y se vieron en el problema de tener que abrirse a un formato general, ya que afectaba a las ventas.

No se sabe cómo estimó Apple que una maniobra que no había dado resultados con el gigante de los libros, podía darle beneficios.

Apple no es una marca accesible, ni popular, más bien tiene fama de elite de diseño, diseñadores; con el iPad abrió un poco su mercado pero sigue siendo minoritario, sobre todo por precio. Si el software permite editar libro, la comunidad universitaria, no es el adecuado para su uso en la generación de contenidos, debido al precio, no sólo de los docentes, supuestos generadores de contenidos, sino de los alumnos, de manera que hay muchas dudas sobre que esa fuera la intención de Apple.

Los más suspicaces advierten que la maniobra es hacerse de contenidos, y competir en todos los mercados que ya tiene presencia en ello, Google, por ejemplo.


Autor:Noe

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